Libre Albedrio

Con el tiempo y una vez que sabes mirar hacia adelante y ver las cosas con una cierta objetividad, cuando has vivido circunstancias de todo tipo, difíciles, fáciles o regulares, cuando lo que te rodea te es familiar y tienes confianza en caminar solo, sin necesidad de ir de la mano de nadie ..., cuando todo eso se nos hace presente en determinado momento de nuestra vida, en ese momento estamos capacitados o maduros para utilizar con sentido nuestro libre albedrío, ser libres de decidir que camino tomar en nuestro día a día. Elegir.

Una vez que experimentamos por primera vez en nuestras vidas la agradable sensación de poder elegir y de intentar sentirnos seguros de por donde ir, es justo aquí en donde por primera vez también pensamos en lo bonito que sería compartir nuestra libertad con otro ser.
Ser cómplices de lo que también le ocurre a otra persona.
Al sentir el vacío y la responsabilidad de la elección en soledad, individualmente, en función de nuestros solitarios pensamientos, se nos aparece la ansiedad que produce la soledad, nacemos solos y morimos solos. Aún a pesar de ello algo nos induce a intentar compartir nuestras elecciones con otra persona más. Se desarrolla y estalla el intenso deseo de dejar atrás la soledad y elegir al unisono, con alguien más.

Una vez logrado y satisfecho ese deseo, al compartir vida y elecciones con alguien más, surge, sin saber bien como, el deseo contrario. Y llegados a este punto comienzan los preparativos para iniciar de nuevo ese mismo deseo del principio, nos reseteamos. Olvidamos todo lo pensado y sentido y queremos empezar de nuevo.
Otra persona, otro deseo, otro camino que nos haga abandonar la rara soledad que nos inunda. Es un círculo. Es un camino a ninguna parte y al final somos conscientes de que la soledad que nos acompaña no es posible dejarla atrás a pesar de tener el don de elegir.

Solo de Luna

Hay algo que siempre molesta mucho, es algo así como tener ladillas en los cojones y cuando eso ocurre tienes que raparte los pelos de los susodichos, es algo repugnante, es algo molesto, pica mucho y sobre todo pica cuando empiezan a crecer esos ridículos pelos espirales que a todos nos nacen en los cojones.
Pero me voy, decía que hay algo que es siempre molesto, tan molesto como lo que acabo de decir, es la soledad de sentirte solo, es eso que cuando te das cuenta se te caen las lágrimas de los ojos. Puede parecer que lloras pero no, lo que haces es morirte de rabia. Rabia por estar solo. Es el fracaso de uno mismo como persona.
Siempre se dice que se busca la soledad pero no es así, jamás se busca. La soledad aparece de repente sin darte cuenta, cuando menos lo esperas te encuentras solo ...y llorando.

Jody es alguien a quien le encanta decir que le gusta la soledad, la verdad es que siempre ha estado solo incluso cuando estaba rodeado de personas. En el colegio había una esquina del patio de recreo que llevaba su nombre marcado. En la universidad existía una mesa en la cafetería llena de chicles pegajosos y secos puestos en fila haciendo su nombre. En los hospitales siempre estaba en su cuarto solo. En el parque miraba en soledad a la luna.
Siempre se sentía marginado por la alegría de sentirse acompañado, envidiaba a las personas que son queridas, a los abuelos rodeados de nietos, al pato con una fila de patitos siguiéndole, a los siete enanitos bueno más bien a Blancanieves, envidiaba a todos ellos porque pensaba que ellos habían sabido ganarse el acompañamiento. Tenían corazón por lo menos se suponía que lo tenían ya que estaban acompañados por seres que les admiraban y les querían.
Nadie busca la soledad, la soledad se encuentra al doblar una esquina o al encontrarse enfermo, siempre es un animal al acecho, lo llamamos soledad. Nadie lo quiere reconocer y sobre todo cuando se está acompañado se desea la soledad, pero una vez que estás solo estás en el infierno.

Genoma

Caminamos con paso firme por la gran avenida de nuestra propia vida, somos tan arrogantes que vamos pensando que todo el mundo mira nuestro culo.
Jody Dito camina pensando, como todo ser viviente, pensando todo eso que ha hecho, que ha dejado de hacer y que tiene pendiente hacer, todo en él es efervescencia mental, pues le han dicho que pensar es el origen de los actos y él sobre todo quiere actuar, actuar frente a los demás ya que son ellos a los que va dirigido el teatro que hacemos cada día de nuestra existencia.
El supuesto problema es que los demás son odiosos, son ignorantes y por lo general no nos entienden. Jody Dito se cree un incomprendido, ha tenido varias novias y todas ellas se fueron, ha tenido varios trabajos y de todos ellos prescindió, ha tenido varias pandillas de amigotes y de todas ellas salio harto. Los demás si no fuera porque son el destino de nuestros actos, sobrarían, estarían de más. Odio a los "demás", esa panda de impresentables que siempre joden lo que hacemos, siempre molestan nuestros retiros, siempre están donde no debieran.
¡Ah! paradoja increíble ¿qué sería de mi sin los demás?, jueces y público de mi existencia, me peino, me visto, me perfumo en base a lo que dirán. Algo que los demás no tienen ni comprenderán nunca, mis pensamientos, el material del que estoy hecho, soy único, Jody es único, pues nadie más que él sabe lo que pasa por su cabeza. La razón es el motor de nuestra existencia pero la gasolina está fabricada con sentimientos y emociones. Este vehículo llamado Jody es un único prototipo, no hay otro y es por ello por lo que circula por las calles sembradas de semáforos convertidos en ojos ajenos tan embargado de soberbia y orgullo, sabiéndose el elegido de todos esos ojos.
Voy a enseñar a todos esos odiosos "los demás" mi genoma, único e intransferible genoma. Mi pelo, mis ojos, mis piernas, mi polla, mi color de piel, mi cabeza, mi conocimiento será asombro para todos vosotros, espectadores de lo ajeno, público de Jody Dito.

Presentación

Jody Dito es alguien, es una persona, como tú como las miles que vemos por la calle o en la televisión o en el cine o donde coño miréis.
No destaca porque no tiene ninguna marca que le diferencie de los demás, aparentemente por fuera es como todos, su diferencia, lo distinto está dentro en su interior, algo que nadie puede ver ni siquiera imaginar, porque lo que todas las personas tienen dentro de si es algo que solo concierne a esa persona.
Ella puede contar lo que es o puede hablar de lo que pretende saber que tiene en su interior, nada más, nada puede hacer que vaya más allá, incluso se puede equivocar al contar como es en su interior, lo que piensa o los pensamientos que le abordan sin orden ni concierto. A pesar de ello lo más probable es que no acierte que no exprese lo que en su interior yace. El interior de las personas es una caja fuerte cuya combinación no sabemos pero creemos que si la sabemos y, como en un sueño, pensamos que la abrimos y miramos en su interior haciéndonos partícipes de todo lo que existe dentro.
¡Qué ilusión!
Vamos, pasamos, por la vida creyéndonos que todo está dentro de nosotros y que somos capaces de controlar su existencia, su orden, su significado y su valor. Pero no, no es cierto, nada de lo que pertenece a nuestro interior somos capaces de modificar o conocer, ilusos navegantes creyendo viajar a lo largo de paisajes conocidos. Ilusos personajes orgullosos de ser dueños de nuestra propia vida.
Hablaré de todo esto.